La noche del 25 de marzo acabó una espera de treinta años para ver y disfrutar en directo The Wall, y el resultado fue algo más allá de lo espectacular, yo en particular vi la gira en Barcelona de The Dark Side of the Moon, y la verdad no tiene comparacion, aquello fue un concierto y lo que vi en Madrid fue una opera rock de lo mas expectacular. Waters demostró que ha aprovechado las nuevas tecnologías para hacer de su obra algo que va mas alla de lo real. La gira original se suspendió por su alto coste que casi arruinó a Pink Floyd. Los elementos de entonces siguen aquí, como los ladrillos de cartón piedra , las marionetas gigantes e hinchables de la madre y el profesor, las secuencias de animación de Gerald Scarfe que se proyectan en el muro y la pantalla gigante circular. Musicalmente hablando, desde que termina de sonar el 'People Get Ready' de Curtis Mayfield, comienza una aventura apasionante gracias a un sonido envolvente con altavoces al fondo de la pista. Es una sensación brutal escuchar ametralladoras, sirenas y helicópteros sin saber exactamente de donde proceden. Comienza a sonar 'In The Flesh' y te tiemblan las piernas, necesitas agarrarte a algo para no entrar en estado de shock. Es Roger con su gabardina pseudonazi, sus gafas de sheriff, y toda su imponente mala leche, 67 años y ahí le tienes, defendiendo uno de los espectáculos más impresionantes jamás ideados en nuestra música popular. 'Another Brick in the Wall' merece un capítulo aparte, con una ejecución digna de los Floyd de los 80, al final te vas a casa con el riff metido en la cabeza y convertido en un tipo paranoico perseguido por el big brother. Roger lo vuelve a conseguir, es un tipo que asusta, inquieta, incomoda, atosiga, remueve, agita a las masas. Marionetas gigantes, el cerdo volador, proyecciones delirantes y mareantes, antimilitarismo desde la parafernalia militar contra Bush, Hitler y todo dios (sea de la religión que sea) hasta la inocencia de los niños en "Another Brik in the Wall patII". Cuesta cerrar la boca, realmente estamos en otra dimension, dimension que traspasa sus limites cuando escuchamos el punteo de guitarra en 'Confortably Numb', ya todo da igual, esto ha terminado de ponernos a todos en pie. Hombretones talluditos y alopedicos, básicamente reencontrándose con ellos mismos. Al final de The Trial, todo salta por los aires haciendo explotar el muro, con un juego de luces y de sonido de ultimísima generación. Parece del futuro más que del presente o del pasado. Roger Waters solo se había atrevido una vez a montar en directo The Wall. En 1990. Para conmemorar el aniversario de la caída del muro de Berlín en la Potsdamer Platz de la ciudad alemana. Unas 300.000 personas acudieron a aquella cita en la que Waters invitó a estrellas como Van Morrison, Scorpions, Joni Mitchell y Paul Carrack. El resto de los millones y millones de fans que habían comprado y hasta habían llegado a la obsesión con uno de los discos míticos de Pink Floyd no habían tenido la oportunidad de asistir a una representación en directo de The Wall. Para el público español, esta espera terminó en el primer concierto que Roger Waters ha ofrecido en España dentro de su gira mundial, que comenzó en Toronto el 15 de septiembre de 2010, siguió con más de 50 conciertos en Estados Unidos y tiene previstos otros 60 en Europa; entre ellos, otro en Madrid y dos más en Barcelona (en el Palau Sant Jordi). Un concierto actualizado también con críticas a conflictos bélicos como los de Afganistán e Irak, o sucesos de brutalidad policial como los del asesinato de un joven brasileño en el metro de Londres. Cuenta la leyenda que el germen de la idea original de El Muro se resume en un escupitajo. Según ha explicado Waters, durante la gira In the Flesh con Pink Floyd, en 1977, un grupo de fans montaba tal jaleo en primera fila que el músico se irritó y terminó por escupirle a uno de ellos en la cara. Waters entonces comenzó a fantasear con la idea la de la alienación y de construir un muro tras el que él y sus compañeros pudieran parapetarse de las inclemencias del público. Eso desembocó en un doble disco grabado entre abril y noviembre de 1979 bajo la dirección del productor Bob Ezrin. Se trataba de una gigantesca sinfonía-ópera rock en cuyo libreto Roger Waters daba rienda suelta a todos sus miedos y se autopsicoanalizaba a través de su protagonista Pink, una estrella del rock perturbada por el peso de la fama y el consumo excesivo de drogas, en el que muchos vieron un homenaje al fundador de Pink Floyd, Syd Barret, que abandonó el grupo en 1968 y fue internado en una institución mental con el cerebro destrozado por el LSD. La castración por una educación estricta, los traumas de la niñez, el abandono del padre muerto en la Segunda Guerra Mundial, la imposibilidad de amar, la asfixiante presión sobre la estrella de rock, el abuso de las drogas... Son los ladrillos que el músico imaginario Pink coloca para aislarse en un mundo que, lejos de protegerle de las agresiones del exterior, le condena a una espiral de autodestrucción, ruido y locura. Paradójicamente, estos ingredientes mezclados con una partitura magistral crearon uno de los mayores éxitos comerciales de Pink Floyd desde la creación de la banda en 1965. La noche del 25 brilló en Madrid la actualidad de la partitura y la vigencia de los traumas y episodios descritos en The Wall. Pink Floyd ideó entonces un gigantesco montaje para la época. Así que entre 1980 y 1981, unas pocas ciudades como Nueva York, Los Ángeles (concierto que Rogers recordó en el concierto) Londres y Dortmund vieron aquella mastodóntica producción en la que un muro de 70 metros de longitud se levantaba en directo e iba ocultando a los músicos, finalmente escondidos detrás de él. Fue el principio de las macroproducciones destinadas a sorprender al público de rock en los grandes estadios y supuso un desastre económico para Pink Floyd, que midió mal sus fuerzas y tuvo que suspender la gira al borde de la banca rota. En Madrid Waters recuperó el sueño/pesadilla con una mención cum laude, más que un sobresaliente alto.
Declaración de Lucha contra la Piratería
"Este blog está creado de forma totalmente desinteresada, para y por la música. No se intercambiará ningún disco oficial respetando de esta manera al autor. Solamente se intercambiará (y siempre de forma gratuita) material que no se pueda conseguir en ninguna tienda de discos ni en la página web del autor, animando de esta manera a comprar siempre el material original.
Si quieres contribuir con algún bootleg en este blog, es fácil:
-Comprime tu archivo en formato rar ó zip, el que prefieras.
-Sube éstos archivos a Google Dive.
-Mándanos los enlaces, junto con la lista de canciones y, si es posible la portada y contraportada del bootleg, por email (pinkfloydpinkmoon@gmail.com).
-Lo colgaremos en el blog añadiendo tu nombre y nuestro agradecimiento.
domingo, 27 de marzo de 2011
(Yo estuve allí) Roger Waters The Wall 2011 - Madrid, Palacio de los Deportes
ESTE POST VA DEDICADO A MIS PRIMOS ADRIAN Y MIGUEL ANGEL
La noche del 25 de marzo acabó una espera de treinta años para ver y disfrutar en directo The Wall, y el resultado fue algo más allá de lo espectacular, yo en particular vi la gira en Barcelona de The Dark Side of the Moon, y la verdad no tiene comparacion, aquello fue un concierto y lo que vi en Madrid fue una opera rock de lo mas expectacular. Waters demostró que ha aprovechado las nuevas tecnologías para hacer de su obra algo que va mas alla de lo real. La gira original se suspendió por su alto coste que casi arruinó a Pink Floyd. Los elementos de entonces siguen aquí, como los ladrillos de cartón piedra , las marionetas gigantes e hinchables de la madre y el profesor, las secuencias de animación de Gerald Scarfe que se proyectan en el muro y la pantalla gigante circular. Musicalmente hablando, desde que termina de sonar el 'People Get Ready' de Curtis Mayfield, comienza una aventura apasionante gracias a un sonido envolvente con altavoces al fondo de la pista. Es una sensación brutal escuchar ametralladoras, sirenas y helicópteros sin saber exactamente de donde proceden. Comienza a sonar 'In The Flesh' y te tiemblan las piernas, necesitas agarrarte a algo para no entrar en estado de shock. Es Roger con su gabardina pseudonazi, sus gafas de sheriff, y toda su imponente mala leche, 67 años y ahí le tienes, defendiendo uno de los espectáculos más impresionantes jamás ideados en nuestra música popular. 'Another Brick in the Wall' merece un capítulo aparte, con una ejecución digna de los Floyd de los 80, al final te vas a casa con el riff metido en la cabeza y convertido en un tipo paranoico perseguido por el big brother. Roger lo vuelve a conseguir, es un tipo que asusta, inquieta, incomoda, atosiga, remueve, agita a las masas. Marionetas gigantes, el cerdo volador, proyecciones delirantes y mareantes, antimilitarismo desde la parafernalia militar contra Bush, Hitler y todo dios (sea de la religión que sea) hasta la inocencia de los niños en "Another Brik in the Wall patII". Cuesta cerrar la boca, realmente estamos en otra dimension, dimension que traspasa sus limites cuando escuchamos el punteo de guitarra en 'Confortably Numb', ya todo da igual, esto ha terminado de ponernos a todos en pie. Hombretones talluditos y alopedicos, básicamente reencontrándose con ellos mismos. Al final de The Trial, todo salta por los aires haciendo explotar el muro, con un juego de luces y de sonido de ultimísima generación. Parece del futuro más que del presente o del pasado. Roger Waters solo se había atrevido una vez a montar en directo The Wall. En 1990. Para conmemorar el aniversario de la caída del muro de Berlín en la Potsdamer Platz de la ciudad alemana. Unas 300.000 personas acudieron a aquella cita en la que Waters invitó a estrellas como Van Morrison, Scorpions, Joni Mitchell y Paul Carrack. El resto de los millones y millones de fans que habían comprado y hasta habían llegado a la obsesión con uno de los discos míticos de Pink Floyd no habían tenido la oportunidad de asistir a una representación en directo de The Wall. Para el público español, esta espera terminó en el primer concierto que Roger Waters ha ofrecido en España dentro de su gira mundial, que comenzó en Toronto el 15 de septiembre de 2010, siguió con más de 50 conciertos en Estados Unidos y tiene previstos otros 60 en Europa; entre ellos, otro en Madrid y dos más en Barcelona (en el Palau Sant Jordi). Un concierto actualizado también con críticas a conflictos bélicos como los de Afganistán e Irak, o sucesos de brutalidad policial como los del asesinato de un joven brasileño en el metro de Londres. Cuenta la leyenda que el germen de la idea original de El Muro se resume en un escupitajo. Según ha explicado Waters, durante la gira In the Flesh con Pink Floyd, en 1977, un grupo de fans montaba tal jaleo en primera fila que el músico se irritó y terminó por escupirle a uno de ellos en la cara. Waters entonces comenzó a fantasear con la idea la de la alienación y de construir un muro tras el que él y sus compañeros pudieran parapetarse de las inclemencias del público. Eso desembocó en un doble disco grabado entre abril y noviembre de 1979 bajo la dirección del productor Bob Ezrin. Se trataba de una gigantesca sinfonía-ópera rock en cuyo libreto Roger Waters daba rienda suelta a todos sus miedos y se autopsicoanalizaba a través de su protagonista Pink, una estrella del rock perturbada por el peso de la fama y el consumo excesivo de drogas, en el que muchos vieron un homenaje al fundador de Pink Floyd, Syd Barret, que abandonó el grupo en 1968 y fue internado en una institución mental con el cerebro destrozado por el LSD. La castración por una educación estricta, los traumas de la niñez, el abandono del padre muerto en la Segunda Guerra Mundial, la imposibilidad de amar, la asfixiante presión sobre la estrella de rock, el abuso de las drogas... Son los ladrillos que el músico imaginario Pink coloca para aislarse en un mundo que, lejos de protegerle de las agresiones del exterior, le condena a una espiral de autodestrucción, ruido y locura. Paradójicamente, estos ingredientes mezclados con una partitura magistral crearon uno de los mayores éxitos comerciales de Pink Floyd desde la creación de la banda en 1965. La noche del 25 brilló en Madrid la actualidad de la partitura y la vigencia de los traumas y episodios descritos en The Wall. Pink Floyd ideó entonces un gigantesco montaje para la época. Así que entre 1980 y 1981, unas pocas ciudades como Nueva York, Los Ángeles (concierto que Rogers recordó en el concierto) Londres y Dortmund vieron aquella mastodóntica producción en la que un muro de 70 metros de longitud se levantaba en directo e iba ocultando a los músicos, finalmente escondidos detrás de él. Fue el principio de las macroproducciones destinadas a sorprender al público de rock en los grandes estadios y supuso un desastre económico para Pink Floyd, que midió mal sus fuerzas y tuvo que suspender la gira al borde de la banca rota. En Madrid Waters recuperó el sueño/pesadilla con una mención cum laude, más que un sobresaliente alto.
La noche del 25 de marzo acabó una espera de treinta años para ver y disfrutar en directo The Wall, y el resultado fue algo más allá de lo espectacular, yo en particular vi la gira en Barcelona de The Dark Side of the Moon, y la verdad no tiene comparacion, aquello fue un concierto y lo que vi en Madrid fue una opera rock de lo mas expectacular. Waters demostró que ha aprovechado las nuevas tecnologías para hacer de su obra algo que va mas alla de lo real. La gira original se suspendió por su alto coste que casi arruinó a Pink Floyd. Los elementos de entonces siguen aquí, como los ladrillos de cartón piedra , las marionetas gigantes e hinchables de la madre y el profesor, las secuencias de animación de Gerald Scarfe que se proyectan en el muro y la pantalla gigante circular. Musicalmente hablando, desde que termina de sonar el 'People Get Ready' de Curtis Mayfield, comienza una aventura apasionante gracias a un sonido envolvente con altavoces al fondo de la pista. Es una sensación brutal escuchar ametralladoras, sirenas y helicópteros sin saber exactamente de donde proceden. Comienza a sonar 'In The Flesh' y te tiemblan las piernas, necesitas agarrarte a algo para no entrar en estado de shock. Es Roger con su gabardina pseudonazi, sus gafas de sheriff, y toda su imponente mala leche, 67 años y ahí le tienes, defendiendo uno de los espectáculos más impresionantes jamás ideados en nuestra música popular. 'Another Brick in the Wall' merece un capítulo aparte, con una ejecución digna de los Floyd de los 80, al final te vas a casa con el riff metido en la cabeza y convertido en un tipo paranoico perseguido por el big brother. Roger lo vuelve a conseguir, es un tipo que asusta, inquieta, incomoda, atosiga, remueve, agita a las masas. Marionetas gigantes, el cerdo volador, proyecciones delirantes y mareantes, antimilitarismo desde la parafernalia militar contra Bush, Hitler y todo dios (sea de la religión que sea) hasta la inocencia de los niños en "Another Brik in the Wall patII". Cuesta cerrar la boca, realmente estamos en otra dimension, dimension que traspasa sus limites cuando escuchamos el punteo de guitarra en 'Confortably Numb', ya todo da igual, esto ha terminado de ponernos a todos en pie. Hombretones talluditos y alopedicos, básicamente reencontrándose con ellos mismos. Al final de The Trial, todo salta por los aires haciendo explotar el muro, con un juego de luces y de sonido de ultimísima generación. Parece del futuro más que del presente o del pasado. Roger Waters solo se había atrevido una vez a montar en directo The Wall. En 1990. Para conmemorar el aniversario de la caída del muro de Berlín en la Potsdamer Platz de la ciudad alemana. Unas 300.000 personas acudieron a aquella cita en la que Waters invitó a estrellas como Van Morrison, Scorpions, Joni Mitchell y Paul Carrack. El resto de los millones y millones de fans que habían comprado y hasta habían llegado a la obsesión con uno de los discos míticos de Pink Floyd no habían tenido la oportunidad de asistir a una representación en directo de The Wall. Para el público español, esta espera terminó en el primer concierto que Roger Waters ha ofrecido en España dentro de su gira mundial, que comenzó en Toronto el 15 de septiembre de 2010, siguió con más de 50 conciertos en Estados Unidos y tiene previstos otros 60 en Europa; entre ellos, otro en Madrid y dos más en Barcelona (en el Palau Sant Jordi). Un concierto actualizado también con críticas a conflictos bélicos como los de Afganistán e Irak, o sucesos de brutalidad policial como los del asesinato de un joven brasileño en el metro de Londres. Cuenta la leyenda que el germen de la idea original de El Muro se resume en un escupitajo. Según ha explicado Waters, durante la gira In the Flesh con Pink Floyd, en 1977, un grupo de fans montaba tal jaleo en primera fila que el músico se irritó y terminó por escupirle a uno de ellos en la cara. Waters entonces comenzó a fantasear con la idea la de la alienación y de construir un muro tras el que él y sus compañeros pudieran parapetarse de las inclemencias del público. Eso desembocó en un doble disco grabado entre abril y noviembre de 1979 bajo la dirección del productor Bob Ezrin. Se trataba de una gigantesca sinfonía-ópera rock en cuyo libreto Roger Waters daba rienda suelta a todos sus miedos y se autopsicoanalizaba a través de su protagonista Pink, una estrella del rock perturbada por el peso de la fama y el consumo excesivo de drogas, en el que muchos vieron un homenaje al fundador de Pink Floyd, Syd Barret, que abandonó el grupo en 1968 y fue internado en una institución mental con el cerebro destrozado por el LSD. La castración por una educación estricta, los traumas de la niñez, el abandono del padre muerto en la Segunda Guerra Mundial, la imposibilidad de amar, la asfixiante presión sobre la estrella de rock, el abuso de las drogas... Son los ladrillos que el músico imaginario Pink coloca para aislarse en un mundo que, lejos de protegerle de las agresiones del exterior, le condena a una espiral de autodestrucción, ruido y locura. Paradójicamente, estos ingredientes mezclados con una partitura magistral crearon uno de los mayores éxitos comerciales de Pink Floyd desde la creación de la banda en 1965. La noche del 25 brilló en Madrid la actualidad de la partitura y la vigencia de los traumas y episodios descritos en The Wall. Pink Floyd ideó entonces un gigantesco montaje para la época. Así que entre 1980 y 1981, unas pocas ciudades como Nueva York, Los Ángeles (concierto que Rogers recordó en el concierto) Londres y Dortmund vieron aquella mastodóntica producción en la que un muro de 70 metros de longitud se levantaba en directo e iba ocultando a los músicos, finalmente escondidos detrás de él. Fue el principio de las macroproducciones destinadas a sorprender al público de rock en los grandes estadios y supuso un desastre económico para Pink Floyd, que midió mal sus fuerzas y tuvo que suspender la gira al borde de la banca rota. En Madrid Waters recuperó el sueño/pesadilla con una mención cum laude, más que un sobresaliente alto.
martes, 22 de marzo de 2011
BOOTLEG: Pink Floyd: Cruel But Fair
Recorded Live at Los Angeles Sports Arena, Los Angeles, CA, USA - April 26, 1975.
Extraordinary Stereo Audience Recording 320 kbps
According to some, this is the very best Pink Floyd bootleg ever. This is the same disc as Dogs And Sheeps. ere's an excellent example of an AUD recording that could be confused with a soundboard recording.This is a great complete concert.It's rumored that if you listen carefully you can hear the police busting people during the show.Supposedly the LAPD was carrying out drug busts during the concert and you'd probably have to smoke a pretty hefty blunt to actually hear any of that happening.Hey,but the sound's that good.It's entertaining to hear Roger chew out security after the first set,too.
TEMAS:
Disc 1
01. Raving And Drooling
02. Gotta Be Crazy
03. Shine On 1-5
04. Have A Cigar
05. Shine On 6-9
Disc 2
01. Speak To Me
02. Breathe
03. On The Run
04. Time
05. The Great Gig In The Sky
06. Money
07. Us And Them
08. Any Colour You Like
09. Brain Damage
10. Eclipse
11. Echoes
Total Time: 02:23:06 hours.
The North American Tour
Personnel: David Gilmour - guitar :: Nick Mason - drums :: Roger Waters - bass :: Richard Wright - keyboards.
Links: pinkfloydpinkmoon@gmail.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)